Ya se sabe que hay una fina línea entre ser complaciente y ser altruista con los demás.

Y es casi seguro que en tu interior hasta hayas debatido entre lo uno y lo otro.

Si tiendes a adaptar o anteponer los sentimientos de otras personas a los tuyos, estás dejando a un lado tus límites personales sanos, y tienes que aprender a decir no.

No se puede ser complaciente con todo el mundo. Es más, si lo intentas hacer por temor a perder una amistad, en vez de hacerla crecer puede que acabes con ella.

Aquí hay un análisis de lo que significa continuar con ese modelo mental de preocuparse demasiado por las necesidades ajenas,  los beneficios de aprender a decir no y cómo puedes dominar esta habilidad sin ser egoísta.

Todo empieza por ti mismo. Poco a poco descubrirás que eres capaz de crear una vida donde tú estés en primer lugar, lo que te brindará las conexiones con las que de verdad sueñas.

SEÑALES DE QUE TE CUESTA DECIR NO

 

Te cuesta decir no cuando te dejas llevar en piloto automático y le das prioridad a los deseos, necesidades y expectativas de otras personas, en vez de a los tuyos.

Algunas señales que te avisan de que no sabes decir no son:

-Pensar que decir “no” es demasiado difícil para ti.

-Necesitar aprobación o elogios de manera contínua.

-Tener poca autoestima y respeto por ti mismo.

-Estar de acuerdo para complacer.

-Poner límites te hace sentir mal.

-No dejas tiempo para ti.

-Te afectan las opiniones ajenas sobre ti.

-Pedir perdón aunque sepas que no ha sido culpa tuya.

-No querer ser visto como una persona egoísta.

-No dejar que los demás sepan de tus sentimientos.

Todo esto mina tu autoestima, porque vives sin ti.

 

😉¡Ojo!, esto no significa que sea malo, que de vez en cuando, quieras complacer a alguien. Forma parte de ser humano.

La cuestión es librarte de los patrones que te impiden vivir de forma auténtica, en tu relación contigo mismo y con los demás.

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Una encuesta realizada en 2022 por YouGov , firma internacional de investigación de mercados y análisis de datos, reveló que el 49% de los estadounidenses se consideran muy complacientes, y las mujeres más que los hombres.

¿Te da qué pensar?

 

HAY 3 RAZONES PRINCIPALES PARA NO DECIR «NO»:

 

*ENTORNO

Tal vez, de niño fuiste criado en un ambiente donde no le daban importancia a tus necesidades emocionales de sentirte visto, escuchado y valorado.

 

*RELACIONES

Pensar que no tienes a alguien que te dé lo que necesitas, hace que inconscientemente te conviertas en la persona que cuida a los demás para que te quieran.

 

*INSEGURIDAD

Sentirte inseguro en una relación. Prefieres no mostrarte en tu esencia porque a nivel subconsciente temes que tus relaciones acaben si pones límites y te das prioridad a ti mismo.

 

Es crucial entender las consecuencias que conlleva a largo plazo drenar tu energía de esta manera. Cambiar las creencias que ya no te sirven de tu cableado neurológico te cambiará la vida. No ocurre de la noche a la mañana, pero es totalmente posible.

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¿CÓMO APRENDER A DECIR NO?

 

Decir no, es autoafirmación y autodisciplina. Bienestar mental y emocional.

Si ya has admitido que has enfocado tus relaciones en complacer a los demás e ignorarte a ti mismo, aquí te dejo algunas ideas para liberarte de ese patrón y profundizar en ti:

 

Establece límites claros

Aprender a decir no te permite establecer límites saludables en tus relaciones y actividades, desarrollando así tu autoestima, respeto hacia ti mismo y tu amor propio, aunque no puedas controlar cómo se lo tomarán los demás.

Cuando estableces límites claros, las personas a tu alrededor saben qué esperar y pueden confiar en ti.

Ahorra energía para ti al empezar por cosas pequeñas que no quieras hacer, como ir a cierto restaurante, o sé tú el primero en sugerir, con empatía y asertividad, dónde vais a ir.

Poco a poco desarrollarás tu resiliencia y te irás sintiendo más cómodo con cada no que digas.

Al decir no a las cosas que no te aportan, liberarás tiempo y energía para lo importante.

 

• Fomenta la seguridad en ti mismo

Algunas veces te puede dar miedo ocupar tu espacio con tu propia voz en una relación.
Pero si te detienes a pensar en las consecuencias que tendría vivir tu vida, en unos meses o años, sin ser tu yo auténtico, te pones las pilas y empiezas poco a poco a quererte, respetarte y autocuidarte más.

 

Conoce tus sombras

Es más fácil complacer a los demás que mirar hacia dentro de uno mismo, por temor a que no te guste lo que veas.

Muchas veces se trata de sentimientos acumulados que al final estallan. Por eso no queda otra cosa que hacer introspección y ver si son heridas sin sanar que requieren tu atención y amor.

Sin embargo, puede que te des cuenta de que no es tan malo lo que te encuentras, o que incluso te gusta.
Este proceso de autodescubrimiento es fundamental para un desarrollo personal contínuo.

 

• Trae conciencia a tu vida

Sencillamente presta atención a cómo te sientes cuando tienes que decir no, pero ves que te estás dejando llevar por los demás para decirles sí a algo que no quieres hacer.

Aprender a decir no reduce los niveles de estrés y te ayuda a mantener un equilibrio emocional y mental.

Detecta ese modelo mental antiguo que ya no te sirve y sácalo de tu vida.

 

• Ten una mentalidad imbatible

Me refiero a tener la paz mental que te proporciona el amor propio, ese amor que no necesitas que me den los demás, porque te lo das a tí mismo.

Lo que consigues además, es que lo que lo que los demás digan o hagan no te moleste.
El objetivo es que te gustes a ti mismo sin estar pendiente de recibir elogios de los demás.

La aceptación de quién eres a cada instante te dará paz mental y empezarás a atraer conexiones auténticas y, a veces, cosas sorprendentemente inimaginables.

SUBE DE NIVEL

El autoconocerte primero es esencial para comenzar a vivir como siempre has querido. Así que, deja de frecuentar a la gente, circunstancias y comportamientos que ya no son útiles para tu vida para seguir avanzando.

Si quieres inspirarte o guiarte de forma práctica, para decir no y acercarte más a tu grandeza, te recomiendo el tercer volumen de mi trilogía, “¿Y si pudieras crear la vida que anhelas?”.

¡Gracias por leerme!