Eres capaz de reprogramar tu mente y transformar tu vida sencillamente usando el poder de tus palabras.
Así, con la expresión de tus pensamientos vas creando tu experiencia vital palabra a palabra.
El poder de tus palabras es capaz de cambiar por completo tu realidad, ya que puede influir desde la forma en que abordas tus tareas cotidianas hasta en las razones profundas que tengas para lograr tus metas y más.
Si alguna vez has pensado cómo podrías sacarle partido a ese poder, estás en el sitio correcto.
DESCUBRE EL PODER DE TUS PALABRAS
Si quieres saber cómo utilizar a tu favor el poder de tus palabras, primero tienes que entender por qué son importantes las palabras.
Nuestro lenguaje es mucho más que la base de la comunicación verbal.
Cada palabra que elegimos tiene una carga emocional y energética que afecta tanto a las personas que te rodean como a ti mismo. Con ellas intercambiamos ideas, creamos y contamos historias.
Pero, también tienen el poder de hacer daño, sobre todo en tu diálogo interno. El poder de tus palabras influye en tus experiencias, ¡y mucho!.
Puede convertir tu vida en un lugar seguro o en una peli de terror. Pueden llevarte a una cuestión de vida o muerte, o cambiar tu biología.
Si utilizas constantemente un lenguaje negativo y derrotista, estarás atrayendo más negatividad a tu vida: aumento la ansiedad, depresión, reducción de las funciones cognitivas, alteración del sueño o del apetito.
Pero si optas por un lenguaje optimista e inspirador, tendrás un diálogo interno positivo que hará una gran diferencia en tu estado físico y emocional. Tendrás mayor confianza en ti mismo y una actitud apasionada y vital que se reflejará en tus acciones y tu vida.
Te invito a que te detengas un instante y te preguntes: ¿Mis palabras son positivas, constructivas y motivadoras, o tienden hacia lo negativo?
Observa cómo te expresas y cómo influye en tus pensamientos y acciones. Si descubres que tus palabras tienden hacia lo negativo, ¡cámbialas!
Cómo cambiar la forma en la que hablamos
El cerebro, por instinto primitivo de supervivencia, no responde rápido a las afirmaciones positivas. Toma más en serio las negativas, porque son una amenaza.
Imagina cómo sería tu vida si te entrenaras con cada dia en cambiar tu lenguaje negativo por uno positivo más estimulante.
En mi libro Y tú, ¿te conoces? sugiero algunos ejercicios que puedes aplicar de manera sencilla y rápida sobre cambio de palabras negativas por otras positivas. Algunos ejemplos son:
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Di “todavía”, en lugar de “no”
Cuando alguien te haga una pregunta cerrada a la que normalmente responderías con un «no», intenta reemplazarlo por un «todavía no».
Por ejemplo, si te preguntan si has viajado a determinado lugar en el extranjero, en lugar de decir «no», responde con un optimista «todavía no». De esta manera, mantienes la esperanza de que en algún momento harás ese viaje.
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Habla en tiempo “futuro”, no en “condicional”
El uso del condicional a menudo genera dudas y limita nuestras posibilidades. En su lugar, utiliza el futuro para expresar tus deseos y metas.
Supongamos que te fascina esquiar en la nieve. Ese «Si pudiera viajar al Pirineo esquiaría todo el invierno» que dirías, intenta cambiarlo por «El próximo invierno viajaré a Aragón y esquiaré todos los días de la temporada». Así, te enfocarás en la certeza de que lograrás lo que deseas.
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Cambia de sitio el «pero» o elimínalo
El uso del «pero» resta valor a lo que has expresado anteriormente.
Si dices: “estás muy guapa, pero has llegado tarde”, cámbialo por: “has llegado tarde, pero estás guapísima”. Cuando alteras así la posición del «pero», le das más peso a lo positivo y generas una emoción más constructiva en la otra persona.
Responsabilízate, aprende de los errores y usa palabras positivas
1# Sustituye la palabra “fracaso” por «oportunidad de cambio» o «error», que suena menos grave.
No hay fracasos, si aprendes de los errores. El poder de tus palabras te ayudará a hacerte responsable de la parte que te toca y ver cada experiencia fallida como una posibilidad de aprender a hacerlo mejor la próxima vez.
2# Cuando te enfrentes a un desafío, no uses la palabra «imposible», estarás limitando la búsqueda de soluciones.
Cambia tu enfoque y dite que sólo necesitas más práctica y aprendizaje. De esta manera te centrarás en encontrar soluciones en lugar de rendirte.
3# Deja de usar la expresión «y si» de manera pesimista y dale la bienvenida a los «y si» optimistas.
En la vida, es importante ser cautelosos, pero también es esencial tener una visión positiva de lo que está por venir. Seguramente, al comenzar un proyecto te has dicho: “¿Y si esto no funciona?”
No permitas que tu cerebro se convierta en el guionista de dramas interminables. Enfócate en las posibilidades y en las oportunidades que te aguardan. Cuando el “y si” negativo intente ocupar tu mente, combátelo con un “y si” positivo: “¿Y si funciona?”
Exagera lo positivo y reduce lo negativo
Cuando desees expresar algo bueno, no escatimes en palabras positivas. Utiliza adjetivos como «maravilloso», «extraordinario» y exagera tus gestos para transmitir aún más emoción.
Y cuando necesites referirte a algo negativo, intenta reducir su intensidad utilizando palabras menos fuertes.
Por ejemplo, puedes cambiar «insoportable» por «molesto» y sentirás cómo su impacto es menor.
El poder de tus palabras en diferentes contextos
Sin duda, el poder de tus palabras es determinante… para lo bueno y para lo malo.
Ahora, te invito a explorar otros contextos en los que puedes sustituir palabras negativas por otras positivas. Descubrirás cómo el lenguaje puede influir en tu percepción y en tus interacciones con los demás.
En el ámbito laboral
Cuando estés a punto de decir «No puedo hacerlo», cambia tu enfoque y di «Voy a encontrar una solución» o «Voy a buscar ayuda».
Esta actitud te permitirá superar los desafíos y encontrar oportunidades para crecer. Por muchos conocimientos o experiencia que tengas, no lo sabes ni lo puedes todo. Aparca el orgullo o la vergüenza y atrévete a pedir ayuda o consejo.
Relaciones interpersonales
Cuando te pase por la cabeza un «siempre haces lo mismo», intentar expresar tus sentimientos y necesidades de manera constructiva, utilizando frases como «me gustaría que…» o «me haría feliz si…».
Estas palabras fomentan una comunicación más abierta y empática, lo que te permitirá conectar de forma auténtica con los demás.
Autocrítica
En vez de castigarte a menudo con palabras duras como «soy un desastre» o «no valgo para nada», reconoce tu responsabilidad y reemplaza esas palabras por afirmaciones positivas como «estoy en proceso de crecimiento» o «¿qué debo aprender de esta experiencia?».
En tu vida familiar
Evita expresiones cargadas de negatividad como «siempre me decepcionas» y cámbialas por palabras que fomenten la comunicación abierta y el entendimiento, como «me gustaría hablar sobre cómo me hace sentir esto».
¡Valórate!
En occidente, vivimos en una sociedad muy competitiva donde las comparaciones están a la orden del dia.
Sin embargo, con la única persona con la que debes compararte es contigo mismo un tiempo atrás, para ver si vas en la dirección correcta con tu desarrollo personal.
No te creas ni mejor ni peor que nadie. No utilices palabras negativas como «nunca seré tan bueno como él», para ver lo que te falta para llegar a ser como ese referente que tienes en mente.
En su lugar, reconoce tus propias fortalezas y habilidades únicas.
Dite con convicción, palabras positivas que te empoderen como «soy muy bueno en esto, soy la solución a todos mis obstáculos, soy valioso”. Así aumentas tu confianza en tus propias capacidades para lograr tus metas.
Por último, te invito a leer mi libro Y tú, ¿te conoces?, donde encontrarás ideas, consejos y ejercicios prácticos para cambiar tu vida con tus palabras, autoconocerte y gestionar tus emociones, entre otras cosas. Algo fundamental para lograr tus objetivos y vivir la vida que realmente quieres.