¿Por qué vivimos desconectados, sobre todo de nosotros mismos, de quien en realidad somos, en un mundo hiperconectado?.

Somos seres emocionales y sociales. Relacionarnos y ayudarnos mutuamente es una necesidad biológica que traemos heredada desde hace más de 4.000 años.

Cuando éramos primitivos, si no vivías en grupo lo más probable era que murieras, porque estar sólo equivalía a ser presa fácil para un león, a  no encontrar  alimento seguro  o a no poder cuidarte si estabas herido o enfermo.

Hoy ya no pasan esas cosas, pero tenemos ese miedo a la soledad grabado en nuestro cerebro. Buscas la aprobación y aceptación de los demás, porque tu subconsciente está programado para protegerte, aunque no lo necesites.

Tenemos a nuestros pies mil maneras de establecer comunicación con los demás, sin importar la hora o lo lejos que vivas de la persona con la que te quieras conectar.

Sin embargo, esta ventaja se ha vuelto una desventaja al crecer cada vez más el sentimiento de soledad no deseada, dando lugar a depresión no diagnosticada.

Numerosos estudios al respecto demostraron que las personas que redujeron su conexión con redes sociales vieron mejorada su calidad de vida, pero los adictos a estar contínuamente conectados en redes sociales o por móvil eran más depresivos y solitarios.

 

Los roles que juegas en tu vida

Muy a menudo,  sucede esto por perderte en todos los roles diferentes que tienes a lo largo del día. Es decir, que te comportas de una manera en la calle, de otra en el trabajo, de otra en tu casa… No quiero decir que seas una persona falsa, sólo te adaptas al momento que vives, no es ni malo ni bueno.

Pero si te identificas demasiado con tu profesión y te despiden, con tu pareja y te deja o con tus hijos y se van a vivir lejos de ti… pierdes la conexión contigo mismo y con los demás, tienes un sentimiento de abandono, como si faltara una parte de ti.

En el capítulo “Tu yo ideal” del primer volumen de mi trilogía, explico: “puedes dejar ver bajo tu capa de superhéroe una identidad que es mucho más que tu conducta, más que tu pasado, más que cualquier etiqueta que te hayas puesto a ti mismo”.

Así, si quieres conectar a nivel profundo para preservar esas relaciones a lo largo del tiempo, es esencial que muestres tu esencia en todos esos roles. Tendrás relaciones win/win.

 

El poder de la vulnerabilidad

Con bastante frecuencia no demuestras tus temores a los demás, no quieres que vean tus debilidades para que te crean que eres fuerte ante cualquier contratiempo, aunque por dentro no sea así.

Es el temor a la crítica, el miedo a no ser aceptados por el grupo, porque eso, para la parte primitiva del cerebro que aún tenemos, implica la muerte. Y si te dejas llevar por esa emoción no vas a poder conectar de forma auténtica.

No hay nada más atractivo a ojos de los demás que una persona auténtica.

Al no tener miedo de enseñar tu parte vulnerable les das ejemplo y permiso a los demás para que puedan hacer lo mismo, porque te ven más cercano, un individuo igual que ellos.

Como el ying y el yang, cada parte tienen un punto de la otra. Todo lo bueno tiene una parte de su contrario, y todo lo malo también.

“Todos somos uno, y la ciencia también lo demuestra. Esto es el fenómeno del entrelazamiento cuántico”.

¿Cuándo fue la última vez que fuiste irreverentemente tú?.

 

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